Nunca dejamos de aprender

Siempre me ha gustado mucho aprender y considero que nunca dejamos de hacerlo.

A veces las responsabilidades laborales nos consumen la mayoría del tiempo y decidimos posponer la oportunidad de matricularnos en algún curso nuevo, pero hay dos problemas en esta decisión. El primero es que si no nos capacitamos en un mundo en constante movimiento, nos vamos quedando atrás. Y, el segundo, es que creemos que solo podemos aprender cosas nuevas en un curso, pero hasta las experiencias nos dejan alguna enseñanza.

Así que no te frenes y, si tu excusa es la falta de recursos, recuerda que la tecnología es nuestra mejor aliada y ahora hay muchos medios gratuitos que nos ayudan a aprender, solo debemos organizarnos, disponernos con mente abierta y sacar el rato para hacerlo.

Tampoco te limites en lo que quieras aprender, puede ser un nuevo idioma, un complemento a tu carrera, o tan solo algo que te llame la atención, o incluso, algo que no sepas de qué se trata, créeme, en algún momento ese aprendizaje te ayudará para algo en la vida.

Hace poco más de un año me quedé sin trabajo, pero no me desesperé. Venía de un empleo en que ya me sentía “quemada” físicamente y esa pausa obligatoria me sentó bien para replantearme qué quería hacer de mi vida a partir de ese momento.

Tenía casi 12 años de trabajar en la misma empresa y la liquidación me permitía vivir tranquila por algún tiempo por lo que decidí, aprovechar ese espacio para retomar lo que tanto me gusta.

Así que me matriculé en un técnico de Mercadeo y gestión de medios digitales, me inscribí en charlas y capacitaciones sobre inteligencia artificial, entre otros cursos que fui encontrando en el camino y, aunque el mercado laboral está complicado, cuatro meses después, ya estaba trabajando en un campo completamente nuevo para mí, pero que cada día me he dispuesto a aprender para seguir creciendo como profesional.

No ha sido fácil, pero ¿qué lo es en esta vida? Nada, así que no te pongas más

excusas, organízate y comienza a forjarte el futuro que desees y recuerda lo que

dice el dicho, todos los días aprendemos algo nuevo. Para mí, es cierto, tú ¿qué

opinas?

Antes de irme, quiero compartirte otra lección que aprendí y es la de buscar un equilibrio. Si bien es importante capacitarnos, no sacrifiques tiempo de calidad dejando de hacer lo que te gusta.

Respeta tu horario de ocho horas de trabajo, pero también dedica tiempo para compartir con tu familia, tus amigos, leer un libro, escuchar música o cualquier actividad que contribuya a tu salud mental.

Y si sientes que últimamente has estado trabajando más tiempo de la cuenta, presta atención a tu cuerpo, no vaya a ser que te pase una cara factura en la salud física y tengas que aprender una dura lección.

Siguiente
Siguiente

El aprendizaje; Un verbo que enseña más que la meta